Martín-Carbonell V.
Introducción: Los ritmos circadianos son los cambios en los procesos biológicos que ocurren diariamente, entre ellos, las reacciones involucradas en la homeostasis metabólica. La melatonina es la principal hormona circadiana, con niveles aumentados durante la noche. El deterioro de los ritmos circadianos se evidencia por la expresión alterada de melatonina, y en la edad adulta, esta condición se asocia a desregulaciones metabólicas. Existe un posible vínculo entre la regulación del ritmo circadiano y la homeostasis de la glucosa a través de las vías de la melatonina. Nuestro objetivo es examinar la relación entre los niveles de melatonina y el grado de obesidad y síndrome metabólico, en niños y adolescentes en diferentes etapas de la pubertad. Métodos: El grupo de estudio incluirá veinticuatro niños y adolescentes en diversas etapas del desarrollo puberal. Los participantes se clasificarán en tres grupos: 1) peso normal, 2) sujetos obesos con síndrome metabólico, 3) obesos sin síndrome metabólico. Los niveles de melatonina se medirán utilizando saliva durante la noche. A cada niño se le medirá la altura, el peso, la circunferencia de la cintura y la presión arterial. Se tomará el perfil de insulina, glucosa y lípidos en ayunas. Cada niño completará cuestionarios sobre depresión, calidad del sueño y uso de televisión. Los ritmos circadianos están influenciados por señales ambientales llamadas zeitgebers, o donantes de tiempo, que incluyen la exposición a la luz, el programa y composición de los alimentos, el programa y patrón de sueño, la temperatura y el ejercicio físico. Cuando las señales ambientales se sincronizan con los relojes internos, el metabolismo se optimiza. El término cronodisrupción se utiliza para describir la situación opuesta. Las últimas investigaciones han demostrado que se deben adoptar hábitos de vida coherentes con los relojes internos, especialmente durante la infancia, para prevenir enfermedades metabólicas. Sin embargo, algunos estudios han investigado este vínculo en niños y la información clave sigue siendo desconocida. Métodos: Se constituye un grupo de niños obesos y un grupo control en función de su percentil de IMC para la edad y el sexo. Las variaciones de la principal hormona circadiana, la melatonina, se evalúan en saliva mediante inmunoensayo. Se toma muestra de sangre para bioquímica basal, complementada con cuantificación de leptina y omentina mediante inmunoensayo con tecnología Luminex. Los hábitos de vida se evalúan mediante cuestionarios autoadministrados. Resultados preliminares en 14 pacientes (7 obesos y 7 controles). Resultados: Los niños del grupo obeso mostraron peores características metabólicas y mayores marcadores de inflamación: proteína C reactiva, gamma-glutamil transferasa, albúmina están alterados. En el grupo control, la melatonina en saliva aumentó durante la noche (+20,46�16,1), mientras que en el grupo obeso, el perfil de melatonina se alteró y disminuyó globalmente (-3,05�28,4). La obesidad infantil se reconoce como un importante problema médico y de salud pública y está fuertemente asociada con muchas complicaciones médicas graves, incluyendo el síndrome metabólico y la diabetes tipo 2 (T2DM).Es importante comprender los mecanismos implicados en el desarrollo de la obesidad y la hiperinsulinemia. El papel crítico de los ritmos circadianos se confirma por la diversidad de mecanismos que mantienen su estructura y adaptabilidad de acuerdo con el entorno. Conclusión: En conclusión, la obesidad parece estar asociada con el deterioro del ritmo circadiano incluso a una edad temprana. La continuación de este estudio, en asociación con otros estudios que investigan los ritmos circadianos y la salud durante la infancia, facilitará el desarrollo de campañas de prevención de hábitos de vida adaptados a la fisiología y el desarrollo de los niños.