María Gombert
Introducción: La inflamación de bajo grado es una de las principales características asociadas a la obesidad y participa en el desarrollo de numerosas comorbilidades. Se ha demostrado que la microbiota intestinal interactúa con el estado metabólico e inflamatorio del huésped. Investigamos el efecto de una suplementación alimentaria de Bifidobacterium pseudocatenulatum CECT 7765 sobre diferentes elementos de la salud de los niños obesos: composición global de la microbiota intestinal, citocinas inflamatorias y factores de riesgo cardiometabólico. que se deben a la rotación de la tierra, sirven como el factor ambiental dominante que afecta a los organismos vivos. La organización temporal dentro de un organismo es esencial para el mantenimiento de la homeostasis, así como la adaptación a las condiciones externas cambiantes. El término "ritmos circadianos" describe ritmos generados endógenamente que ocurren aproximadamente cada 24 horas y juegan un papel fundamental en la supervivencia y evolución de la vida al garantizar que la fisiología interna de un organismo permanezca sincronizada con el entorno externo. Existen elevaciones de monocitos y células asesinas naturales que son responsables de la secreción de citoquinas inflamatorias Métodos: El estudio incluyó 48 niños obesos con resistencia a la insulina. Recibieron recomendaciones dietéticas y una cápsula de probiótico (10 UFC) o placebo diariamente durante 13 semanas. Se realizaron mediciones clínicas, bioquímicas y de microbioma intestinal al inicio y al final de la intervención. La hipótesis de que los factores dietéticos influyen en la inflamación intestinal puede explicarse por varios mecanismos biológicos, incluida la presentación del antígeno, la alteración del equilibrio de prostaglandinas y la alteración de la microflora. Nueva evidencia sugiere que el sueño también juega un papel importante, ya que los ritmos circadianos y la melatonina pueden actuar como reguladores de la inflamación en el tracto gastrointestinal. Resultados: Todos los niños mostraron una mejoría del índice de masa corporal (IMC) consecutiva a la intervención. La ingesta de probióticos impactó en la microbiota intestinal, aumentando la proporción de la familia Rikenellaceae, particularmente el género Alistipes. Respecto a los parámetros metabólicos e inflamatorios, los niños que recibieron el probiótico mostraron una disminución significativa de la proteína C reactiva de alta sensibilidad circulante (P=0,026), y de la proteína quimioatrayente de monocitos-1 (P=0,032) y un aumento del colesterol de lipoproteínas de alta densidad (P=0,035) y de la omentina-1 (P=0,023) en comparación con los niños que recibieron el placebo. Conclusión: El impacto positivo de la intervención sobre el IMC de todos los niños revela los beneficios aportados por los cambios dietéticos. Al complementar esta intervención con la ingesta de B. pseudocatenulatum CECT 7765, se ha obtenido una modificación de la microbiota intestinal, con un aumento de los grupos bacterianos asociados a fenotipos delgados. Paralelamente, dichos niños mostraron una mayor mejoría del estado inflamatorio y de la salud metabólica.Nuestros resultados sugieren que la modulación de la microbiota intestinal con probióticos puede ser una herramienta eficaz para mejorar las alteraciones relacionadas con la obesidad en niños. La información proveniente de estudios de oscilaciones circadianas en la articulación de la inmunidad intestinal innata y adaptativa a las interacciones huésped-microbio puede integrar la cronofarmacología para aumentar la efectividad de los agentes utilizados para modular la respuesta inmune, es decir, para indicar el momento del día específico para la administración de tratamientos antimicrobianos y antiinflamatorios. Asimismo, se deben explorar los beneficios potenciales de la melatonina como terapia coadyuvante en enfermedades gastrointestinales, especialmente SII y EII. Estas consideraciones abren nuevas perspectivas en las aplicaciones preventivas y terapéuticas de la cronobiología.