Takeaki Sato* y Shigeki Kushimoto
Un hombre de 53 años presentó un dolor torácico posterior repentino sin ningún evento causal previo. No tenía antecedentes médicos significativos, incluidas afecciones que requirieran medicación antitrombótica. Su conciencia estaba clara, la presión arterial era de 110/80 mmHg, la frecuencia cardíaca era de 70 latidos por minuto (lpm), la frecuencia respiratoria era de 14 por minuto y la SpO2 era del 98% en aire ambiente.