Américo Cirrillo
La ecografía (US) es frecuentemente la primera línea de diagnóstico por imagen para el examen de niños con sospecha de lesiones hepáticas. Sin embargo, la ecografía en escala de grises con imágenes Doppler color tiene restricciones. El uso de especialistas en diagnóstico por imagen ha sido recientemente aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA). En comparación con otras modalidades de diagnóstico por imagen, la ecografía con contraste (CEUS) permite la evaluación de los patrones de contraste con una determinación transitoria más rápida y, por lo tanto, se está convirtiendo en una importante estrategia de diagnóstico por imagen electiva. La CEUS es beneficiosa debido a su alto perfil de seguridad; menor costo, en comparación con los exámenes de rutina de tomografía computarizada con contraste y de imágenes por reverberación de resonancia magnética; calidad estable; y reproducibilidad. Además, los exámenes de ecografía impiden el uso de sedación, radiación ionizante y especialistas en diagnóstico por imagen yodados o basados en gadolinio. Todas estas son características atractivas para un examen de diagnóstico por imagen para niños, los pacientes más vulnerables. Las lesiones hepáticas centrales en los niños suelen descubrirse por casualidad, lo que puede suponer un problema en términos de diagnóstico y tratamiento. Debido a que la FDA aprobó posteriormente el uso de un determinado analizador de ultrasonidos para la evaluación de las lesiones hepáticas centrales en pacientes pediátricos, la CEUS puede utilizarse actualmente como una herramienta de resolución de problemas que complementa los estudios de diagnóstico por imagen de rutina y ayuda en el seguimiento de las lesiones.