Lynn Romejko Jacobs
Objetivo: El propósito de este estudio es avanzar en el conocimiento sobre las percepciones de la grasa corporal saludable y el IMC entre los estudiantes universitarios, examinando la relación entre las características corporales reales y las supuestas. Participantes: En septiembre de 2009, 413 estudiantes de primer año completaron una encuesta en la que se les pedía que autoevaluaran el porcentaje de grasa corporal, el IMC y el peso, entre otras preguntas. Métodos: Se encuestó a los estudiantes antes y después de tomar medidas corporales. Se utilizó la regresión para comprender cómo las diferentes categorías predijeron el nivel de precisión en las evaluaciones de los estudiantes. Resultados: Los hallazgos sugieren que los estudiantes estimaron el IMC con menor precisión que el porcentaje de grasa corporal. Las interacciones sugieren que las mujeres y los hombres difieren en la precisión de la estimación y esto varió según las categorías de grasa. Además, el 90% de los estudiantes creían que el porcentaje de grasa corporal era más fácil de entender que el IMC. Conclusiones: Dado que el porcentaje de grasa corporal se comprendía significativamente mejor, esta medición debería utilizarse para educar a las personas sobre el peso saludable y el estado de la composición corporal en una escala más amplia. La prevalencia de la obesidad está aumentando en todo el mundo y está vinculada a una mala percepción de la imagen corporal. El propósito de este estudio fue identificar las relaciones entre la imagen corporal (IC) y el índice de masa corporal (IMC) con las prácticas de control de peso entre estudiantes universitarios. Se realizó un estudio transversal en una muestra de 308 estudiantes universitarios (150 hombres y 158 mujeres) de 18 a 25 años. Se realizaron entrevistas cara a cara con base en un cuestionario que incluía características sociodemográficas, de actividad física, escala de valoración de la figura (FRS) e insatisfacción con la imagen corporal (IDB). La mayoría de los participantes (81%: 58,2% mujeres y 41,8% hombres) estaban insatisfechos con su IC. Las mujeres querían perder peso y preferían hacer dieta para hacer ejercicio, mientras que los hombres querían ganar peso y preferían hacer ejercicio para hacer dieta (p < 0,001). Alrededor del 56%, 39,5% y 4,5% de los participantes tenían peso normal, sobrepeso/obesidad y bajo peso, respectivamente. Se observó una correlación significativa (R2 = 0,84, p <0,001) entre el IMC percibido y el IMC real. El IMC real mostró una correlación significativa con el BID (r = 0,57, p <0,001). Los resultados subrayaron la necesidad de concienciar sobre la importancia de los hábitos alimentarios saludables y la actividad física regular para mejorar el tamaño corporal, la percepción de la aptitud física y la satisfacción de los hombres y mujeres universitarios. Se reconocieron varias limitaciones de este estudio, como el pequeño tamaño de la muestra, que puede no ser representativo de toda la población y limita la generalización. Además, los datos autoinformados pueden contener varias fuentes potenciales de sesgo de recuerdo, lo que podría afectar la precisión de nuestros resultados. Una limitación de la forma corta del cuestionario IPAQ es que tiende a sobreestimar los niveles de actividad física en comparación con algunos otros cuestionarios y la versión larga del IPAC. Como estudio transversal, los resultados son correlaciones, no causalidades, con la incapacidad de decidir la dirección de los efectos.