Amy Arrow Artículo
Objetivos: ¿Por qué utilizar la farmacoterapia en el tratamiento de la obesidad? Definir estrategias a largo plazo para el tratamiento de la obesidad. Comprender la importancia de una pérdida de peso clínicamente significativa y la prevención de la recuperación de peso. Comprender las indicaciones y el uso de la farmacoterapia en el control crónico del peso. La obesidad es una enfermedad de proporciones epidémicas que afecta a personas independientemente de su raza, etnia, género o edad. La obesidad se asocia con más de 200 comorbilidades y afecciones de salud asociadas. Los intentos anteriores de tratar el peso y sus estados patológicos asociados han resultado en fracaso con dieta y ejercicio únicamente. Revisaremos las indicaciones, la utilización, el uso y los posibles efectos secundarios de los diferentes medicamentos antiobesidad (AOM) actualmente disponibles para el tratamiento. También revisaremos las diferentes vías a las que puede dirigirse la farmacoterapia para poblaciones específicas de pacientes. También exploraremos cómo utilizar terapias combinadas con dieta, ejercicio y posibles opciones farmacoterapéuticas y/o quirúrgicas para la pérdida de peso. El control del peso a largo plazo de la obesidad sigue siendo una tarea muy difícil, asociada con un alto riesgo de fracaso y recuperación de peso. Sin embargo, muchas personas informan que han logrado mantener la pérdida de peso a largo plazo. Varios factores se han asociado con un mejor mantenimiento de la pérdida de peso en estudios observacionales aleatorizados a largo plazo. Algunos se relacionan con el dominio conductual (p. ej., altos niveles de actividad física, una dieta baja en calorías y baja en grasas; autocontrol frecuente del peso), algunos con el componente cognitivo (p. ej., inhibición reducida, satisfacción con los resultados) logrados, confianza en la capacidad de perder peso sin ayuda profesional), y algunos con rasgos de personalidad (p. ej., búsqueda de novedad débil) y la interacción paciente-terapeuta. Los ensayos basados en los protocolos de modificación del estilo de vida más recientes, con terapia prolongada extendida después de la fase de pérdida de peso, también han mostrado resultados prometedores a largo plazo. Estos datos deberían estimular la adopción de un enfoque de modificación del estilo de vida para el manejo de la obesidad, que incluya un consejero de estilo de vida no médico (también conocido como "coach de estilo de vida") o "practicante de estilo de vida saludable") como un componente esencial del equipo multidisciplinario. Los médicos especialistas en obesidad desempeñan un papel clave en la participación del paciente, la coordinación y supervisión del equipo, en el manejo de las complicaciones asociadas a la obesidad y, en algunos casos, en las decisiones sobre el tratamiento farmacológico o la cirugía bariátrica, y en la medida de lo posible, intervenciones complementarias más intensivas para el tratamiento del estilo de vida. El principal desafío en el tratamiento de la obesidad no es perder peso, sino mantener la pérdida de peso a largo plazo. Esta opinión ampliamente aceptada está respaldada por varios estudios que indican que se puede lograr una pérdida de peso saludable del 5% al 10% mediante tratamientos conductuales1 y farmacológicos, pero el peso se recupera gradualmente en un gran porcentaje de individuos.La dificultad de ayudar a los pacientes obesos a mantener una pérdida de peso a largo plazo ha sido cuestionada por estudios recientes que muestran que muchas personas pueden mantener objetivos de pérdida de peso aceptables a largo plazo y por los resultados prometedores de los programas de modificación del estilo de vida de nueva generación. Estos resultados prometedores deberían estimular la adopción de enfoques multidisciplinarios basados en la modificación del estilo de vida para el manejo de la obesidad. Solo los programas completos administrados por equipos no eclécticos que se dirijan a cualquier mediador de la modificación del estilo de vida, que gestionen las diversas complicaciones médicas y psicológicas asociadas con la obesidad y, si está indicado, que combinen el tratamiento del estilo de vida con otras intervenciones (por ejemplo, medicación, tratamiento hospitalario residencial, cirugía bariátrica) pueden tener éxito. La efectividad y la relación costo-efectividad de un enfoque de atención por fases deberían evaluarse mediante futuros estudios observacionales longitudinales.