Mamá Dereddy*
El carcinoma hepatocelular (CHC) se encuentra entre las neoplasias malignas más comunes en todo el mundo y, por lo tanto, el pronóstico para los pacientes con CHC suele ser malo. La incidencia de CHC ha aumentado drásticamente en los EE. UU. en los últimos años, con un aumento concomitante en la incidencia de hepatitis viral. Se calcula que hubo veinte mil pacientes con CHC en los EE. UU. en 2000 y se prevé que la prevalencia de CHC aumente drásticamente en la próxima década. 2 Si no se trata, el CHC es fatal de manera uniforme. La cirugía ofrece a los pacientes con CHC la única esperanza de remisión completa; sin embargo, pocos pacientes (15 %) son candidatos para la cirugía y la tasa de recurrencia cuando se realiza una hepatectomía parcial es notoriamente alta (70 %). La supervivencia media de los pacientes con CHC irresecable varía de tres a seis meses, por lo que cualquier técnica que prolongue la supervivencia o mejore la calidad de vida es útil. Por lo general, el CHC no se ve afectado por el tratamiento general (tasa de respuesta del 15 %) y está asociado con efectos secundarios importantes. En consecuencia, los radiólogos intervencionistas desarrollan muchas técnicas no quirúrgicas para tratar las neoplasias malignas de las vísceras. Varios ensayos clínicos han evaluado los resultados de supervivencia en pacientes con CHC que recibieron asistencia médica combinada, pero los resultados difieren mucho entre los estudios y, por lo tanto, siguen siendo discutibles. Sigue siendo una cuestión pendiente si la TACE y el sorafenib mejoran la eficacia de la TACE y mejoran la supervivencia. Este metanálisis actualizado tuvo como objetivo analizar la mayor cantidad posible de ensayos clínicos relevantes en los últimos años (incluidos ensayos comparativos y no comparativos) para juzgar la eficacia de la asistencia médica combinada utilizada para pacientes con CHC irresecable y determinar los beneficios de la asistencia médica combinada.