Ruth Orbán
El receptor CD3, un componente integral del complejo del receptor de células T (TCR), desempeña un papel fundamental en las respuestas inmunitarias al unir el reconocimiento de antígenos extracelulares con los eventos de señalización intracelular. Arroja luz sobre la orquestación de señales inmunitarias por parte del receptor CD3 y su papel crucial en el mantenimiento de la armonía celular [1]. El receptor CD3 es un conjunto complejo de proteínas que residen en la superficie de las células T. Esta intrincada disposición permite al receptor detectar antígenos específicos, que son firmas moleculares que se encuentran en las superficies de las células, patógenos y otras entidades extrañas. Al unirse a un antígeno coincidente, el receptor CD3 inicia una cascada de intrincados eventos de señalización que culminan en la activación de la célula T [2]. Esta activación desencadena una amplia gama de respuestas, incluida la proliferación de células T, la secreción de citocinas y la destrucción dirigida de células reconocidas como amenazas.