AC Hackney* y Eser Aggon
Los deportistas que participan en competiciones de resistencia realizan una gran cantidad de entrenamiento físico. Por ejemplo, no es raro que un corredor de maratón o de ultradistancia corra entre 150 y 200 kilómetros a la semana de forma intensiva como parte de su entrenamiento habitual. El entrenamiento físico crónico en este sentido produce
adaptaciones fisiológicas positivas que son muy beneficiosas para el cuerpo humano. Por ejemplo, se produce un aumento del volumen sistólico cardíaco máximo, del gasto cardíaco máximo, del diferencial de oxígeno arteriovenoso máximo, un aumento del número de eritrocitos, una disminución de los niveles de adiposidad almacenada y un aumento de
la densidad mitocondrial del músculo esquelético.