Maureen Lichtveld
El primer paso es ligar la arteria y la vena que irrigan el hueso para evitar hemorragias (sangrado). Se seccionan los músculos y, por último, se corta el hueso con una sierra oscilante. Se liman los bordes afilados y ásperos de los huesos; luego se transponen colgajos de piel y músculo sobre el muñón, ocasionalmente con la inserción de elementos para fijar la prótesis. Se recomienda la estabilización distal de los músculos. Esto permite una contracción muscular efectiva que reduce la atrofia, permite el uso funcional del muñón y mantiene la cobertura de tejido blando del hueso remanente. La técnica de estabilización preferida es la modestia, donde el músculo se une al hueso o a su periostio. En las amputaciones por desarticulación articular, se puede utilizar la tenodesis, donde el tendón del músculo se une al hueso. Los músculos deben unirse bajo una tensión similar a la de las condiciones fisiológicas normales.