Los procesos de acabado se pueden dividir en dos grandes clases: físicos y químicos. En la mayoría de los casos el acabado consta de 3 etapas: lavado y secado, estabilización y prensado y estética. En la fabricación textil, el acabado se refiere a los procesos que convierten la tela tejida o de punto en un material utilizable y, más específicamente, a cualquier proceso realizado después de teñir el hilo o la tela para mejorar la apariencia, el rendimiento o la "sensación" del acabado. textil o vestido. Los acabados mecánicos o físicos implican un tratamiento físico específico de la superficie de una tela para provocar un cambio en la apariencia de la tela. Esto también se conoce como acabado seco. El acabado químico implica productos químicos seguidos de curado o secado. Esto también se conoce como acabado húmedo. El acabado permanente implica un cambio químico en la estructura de la fibra y no cambia ni se altera durante la vida útil del tejido. El acabado duradero dura toda la vida útil del artículo, pero su eficacia disminuye después de cada limpieza. El acabado temporal se elimina o disminuye sustancialmente la primera vez que se lava o limpia en seco el textil.