Lawrence S. Chan
La infección por COVID-19 ya está aquí. A diferencia de una gripe estacional que suele desaparecer cuando llega la primavera, la COVID-19 parece comportarse como si “viniera y se quedara”. Aunque la primera ola que afectó a los Estados Unidos podría terminar pronto en las próximas semanas bajo la condición de “confinamiento”, no hay una buena manera de prevenir la segunda o tercera ola que nos atacará cuando la sociedad vuelva a abrir sus puertas [1]. ¿Cómo podemos entonces reabrir nuestra sociedad para una economía productiva sin la seguridad de que la infección está bajo control o de que la mayoría está inmunológicamente protegida? ¿Y cómo vamos a defendernos cuando llegue la próxima temporada en tan solo unos meses?