Las vacunas de ADN se consideran el mejor método para inducir respuestas tanto humorales como celulares y también tienen la capacidad de provocar respuestas inmunitarias contra una amplia gama de cepas patógenas. Para obtener mayores beneficios de las vacunas de ADN, se pueden utilizar inmunomoduladores como las citocinas y otras moléculas coestimuladoras para el desarrollo de vacunas de ADN mucho más seguras, eficaces y de bajo costo. Las vacunas de ADN han demostrado su eficacia contra diversos objetivos patógenos, entre ellos la gripe, la enfermedad chikungunya (CHIKV) y la bursitis infecciosa (EII). En la literatura, se ha observado que las vacunas de ADN proporcionan una plataforma prometedora para la inmunización contra muchas enfermedades virales, incluido el síndrome respiratorio agudo severo (SARS), la influenza y el virus de inmunodeficiencia simia (VIS). Las respuestas inmunitarias generadas por las vacunas de ADN son muy específicas y sostenidas. Principalmente, la vacunación produce una respuesta inmune dependiente de anticuerpos y salva millones de vidas cada año.