Hamid Reza Edraki
Generalmente, el término se utiliza para describir un microorganismo o agente infeccioso, como un virus, bacteria, protozoo, prión, viroide u hongo. Los animales pequeños, como ciertos gusanos o insectos, también pueden causar o transmitir enfermedades. Sin embargo, en el lenguaje común, a estos animales se los suele denominar parásitos en lugar de patógenos. El estudio científico de los organismos microscópicos, incluidos los organismos patógenos microscópicos, se denomina microbiología, mientras que la parasitología se refiere al estudio científico de los parásitos y los organismos que los hospedan. Existen varias vías a través de las cuales los patógenos pueden invadir un huésped. Las vías principales tienen diferentes marcos temporales episódicos, pero el suelo tiene el potencial más prolongado o más persistente para albergar un patógeno. Las enfermedades en humanos que son causadas por agentes infecciosos se conocen como enfermedades patógenas. No todas las enfermedades son causadas por patógenos; otras causas son, por ejemplo, toxinas, trastornos genéticos y el propio sistema inmunológico del huésped. La patogenicidad es la capacidad potencial de los patógenos para causar enfermedades. Según este criterio, se puede decir que un organismo es patógeno o no patógeno en un contexto particular, pero no más patógeno que otro. Estas comparaciones se describen en términos de virulencia relativa. La patogenicidad también es distinta de la transmisibilidad de un virus, que cuantifica el riesgo de infección. Un patógeno puede describirse en términos de su capacidad para producir toxinas, entrar en los tejidos, colonizar, secuestrar nutrientes y su capacidad para inmunosuprimir al huésped.