Luminița Albert, Camelia Stanciu, Cristian Delcea, Adriana Mihai y Sorin Popșor
Introducción : El presente estudio destaca la importancia de los factores psicoemocionales como factores predisponentes en los trastornos craneomandibulares. La etiología real de los trastornos craneomandibulares sigue siendo relativamente oscura, los factores que contribuyen al desarrollo de la disfunción en sus diversas etapas no están bien definidos. Su sistematización en factores etiológicos predisponentes, iniciadores y perpetuadores en realidad apoya el carácter pluricausal y a menudo idiopático de esta afección.
Material y método: Se estudió un grupo experimental de 30 sujetos diagnosticados de episodio depresivo mayor, mujeres de 41 a 71 años de edad y 30 sujetos, mujeres del mismo rango de edad que no calificaban para este diagnóstico, con base en los criterios DSM V y los resultados obtenidos en el cuestionario BDI-2 (Beck Depression Inventory - 2). A ambos grupos se les aplicó el Cuestionario de Detección de Disfunción Craneomandibular.
Resultados: Entre los dos lotes existe una diferencia estadísticamente significativa en la puntuación global de la escala, lo que determina la tendencia o predisposición para el desarrollo de la disfunción craneomandibular. Para analizar la relación entre la presencia de un diagnóstico psiquiátrico y el nivel de dolor somático experimentado, se utilizó el cálculo del coeficiente de correlación de Pearson entre los valores obtenidos por los sujetos en el BDI-II y la Escala de Dolor Somático. Los resultados obtenidos indicaron la existencia de una correlación positiva estadísticamente significativa. El cálculo del coeficiente de correlación de Pearson entre los valores obtenidos por los sujetos en el BDI-II y la Escala de Sufrimiento Psicoemocional indica la existencia de una correlación positiva estadísticamente significativa.
Conclusión: Al analizar comparativamente dos grupos (uno clínico y otro no clínico) en términos de riesgo de este trastorno, los resultados indicaron que un diagnóstico psiquiátrico, en este caso el episodio depresivo mayor, puede ser un factor predisponente para este trastorno. Este riesgo no se presentó en el grupo no clínico.