Methee Chayakulkeeree*, Senthur Nambi, Rasmi Palassery y Biju George
Las enfermedades fúngicas invasivas (IFD) se han considerado una causa crítica de morbilidad y mortalidad entre los pacientes con neutropenia febril que reciben trasplante de células madre hematopoyéticas y/o quimioterapia para el tratamiento del cáncer. Las preocupaciones por la toxicidad y los eventos adversos son desafíos significativos asociados con la administración de anfotericina B convencional (c-AmB). Por lo tanto, las formulaciones lipídicas y liposomales de anfotericina B son efectivas, bien toleradas y siguen siendo el estándar de atención en el tratamiento de las IFD. Se informa que estas formulaciones exhiben un amplio espectro antifúngico, baja resistencia y toxicidad reducida. Se ha descubierto que la terapia empírica con anfotericina B liposomal (L-AmB) mejora la eficacia y reduce la toxicidad y se recomienda en pacientes neutropénicos con diferentes afecciones como cáncer y trasplante. Además, L-AmB ha demostrado una mejor eficacia y seguridad en comparación con otros agentes antifúngicos como caspofungina, complejo lipídico de anfotericina B y c-AmB, lo que proporciona una ventaja adicional sobre estos agentes.
En la actualidad, los estudios publicados en la literatura se centran principalmente en la eficacia de la L-AmB para una única afección clínica. En la mayoría de los estudios publicados, la L-AmB se ha administrado en combinación con otros agentes antimicóticos (ya sea de forma empírica o profiláctica). Además, no se dispone de estudios que se centren exclusivamente en el beneficio de la terapia empírica con L-AmB para tratar la IFD en pacientes con diversas afecciones. Por lo tanto, esta revisión recopila y destaca la eficacia y seguridad de la LAmB exclusivamente como terapia empírica para tratar la IFD en pacientes con afecciones que incluyen cáncer y pacientes trasplantados con neutropenia.
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