Mark A. Stokes
El abuso sexual, también conocido como agresión, es una conducta sexual opresiva de una persona hacia otra. Generalmente se espera que se lleve a cabo utilizando la fuerza o explotando a otra. Cuando la fuerza es breve, de corta duración o inconsistente, se denomina agresión sexual. Al culpable se lo denomina abusador sexual o (a menudo de manera despectiva) abusador. El término también cubre cualquier conducta de un adulto o un joven mayor hacia un niño para excitar físicamente a cualquiera de los involucrados. El uso de un niño u otras personas menores de la edad del consentimiento para la incitación sexual se conoce como abuso sexual infantil o agresión sexual definida legalmente. El abuso sexual transmitido en vivo incluye el abuso y las demostraciones sexuales forzadas, así como la agresión en forma progresiva por cámara web. El abuso sexual conyugal es un tipo de comportamiento agresivo en el hogar. Cuando el abuso incluye peligro de contacto sexual no deseado o sexo forzado por parte del cónyuge o ex de una mujer, puede incluir agresión, según el tutor, y también puede definirse como un asalto. El abuso sexual infantil (ASI) es una enfermedad grave; sin embargo, hay escasez de estudios sobre los efectos del abuso en el cerebro y el desarrollo neurobiológico. Este artículo establece el ASI como un factor de riesgo para la formación futura de trastornos mentales e intenta proponer un modelo neurobiológico que observe la dirección formativa hacia esta vía y entorno.