Christopher M. Doran, Rod Ling, Allison Milner e Irina Kinchin
Objetivo: El suicidio ha ganado reconocimiento mundial como un problema de salud pública importante. Este artículo cuantifica el costo económico del suicidio y la conducta suicida no letal (NFSB) en la industria de la construcción australiana.
Métodos: Los datos sobre suicidios se obtuvieron del Sistema Nacional de Información Forense y la información ocupacional se codificó de acuerdo con las normas australianas, clasificando a los trabajadores de IC en tres grupos principales: técnicos y trabajadores de oficios; operadores de maquinaria; y, conductores y trabajadores. El análisis utilizó una metodología de cálculo de costos avalada por la Comisión Nacional de Salud y Seguridad Ocupacional. Los costos se derivaron para el año 2012 utilizando un enfoque basado en la incidencia con los costos futuros descontados a dólares de 2012.
Resultados: En 2012, un total de 169 trabajadores varones de IC perdieron la vida por suicidio, con una edad promedio de 37 años. En aquellos estados en los que se pudieron calcular las tasas de suicidio estandarizadas por edad, las tasas de suicidio en IC fueron más altas que el promedio estatal y nacional, con la excepción de Queensland, donde las IC tuvieron tasas comparables al promedio estatal. El costo económico se estima en $1,57 mil millones. El costo de la conducta suicida no fatal que resultó en incapacidad total comprendió la mayoría de estos costos (76,5%) y la pérdida de ingresos fue el factor clave.
Conclusión: El alto costo económico del suicidio y de la conducta suicida no letal en la comunidad de cuidados intensivos australiana justifica una respuesta adecuada. Hay varias estrategias laborales disponibles para abordar los problemas de salud mental. Esperamos que nuestras estimaciones actualizadas de la carga que soporta la comunidad de cuidados intensivos australiana sirvan de estímulo para el llamamiento nacional a la acción.