Tonelle Handley, Kate Davies, Jane Rich y David Perkins
Objetivo: El malestar psicológico es una preocupación grave para todos los jóvenes, y se estima que uno de cada cuatro jóvenes australianos padece un trastorno mental. En las comunidades rurales, los adultos jóvenes pueden enfrentarse a mayores desafíos para abordar los problemas de salud mental que sus homólogos urbanos, debido a factores como el estigma social, la disponibilidad limitada de servicios, los problemas para reconocer los síntomas y las preocupaciones por la confidencialidad que son barreras importantes. Abordar los determinantes de la salud mental de los jóvenes es crucial para que estos puedan desarrollar su potencial y contribuir plenamente en sus comunidades. En esta presentación se describirán los factores de riesgo y de protección del malestar psicológico entre los adultos jóvenes rurales.
Métodos: Se analizaron los datos del Estudio de Salud Mental Rural de Australia, en el que participaron adultos jóvenes de entre 18 y 35 años que completaron cuatro encuestas sobre salud mental y bienestar durante un período de cinco años. Se determinaron los predictores de la angustia psicológica en adultos jóvenes rurales utilizando modelos lineales generalizados mixtos.
Resultados: En el caso de los encuestados de 18 a 35 años, el factor predictivo más importante de malestar psicológico durante los cinco años de recopilación de datos fue el desempleo, y los resultados sugirieron que este factor era independiente de su valor económico. El desempleo aumentó las probabilidades de malestar 12 veces, incluso después de controlar factores clave como la posición financiera, el género y el estado civil. Los factores protectores clave incluyeron el apoyo social, el sentido de comunidad y el nivel de participación social, mientras que el aumento del consumo de alcohol fue un factor de riesgo de malestar.
Conclusión: Las oportunidades para que los jóvenes rurales se relacionen formal e informalmente con su comunidad son cruciales para la salud mental. El apoyo a la mejora de la salud mental no es un ámbito exclusivo de los servicios de salud mental clínicos y comunitarios especializados (aunque estos servicios son importantes), sino también de los diversos grupos deportivos, sociales, culturales, educativos, religiosos y vocacionales que operan en las comunidades rurales. Esto pone de relieve la importancia de los enfoques holísticos e integrados para promover la salud mental.