Jinjun Liu
Una red de sensores Wi-Fi es un conjunto de transductores especializados con una infraestructura de comunicaciones para rastrear y registrar situaciones en varias ubicaciones. Los parámetros que se monitorean típicamente son temperatura, humedad, tensión, dirección y velocidad del viento, intensidad de la iluminación, intensidad de la vibración, intensidad del sonido, voltaje de la línea eléctrica, concentraciones químicas, niveles de contaminantes y funciones corporales importantes. Una red de sensores consta de múltiples estaciones de detección llamadas nodos de sensores, cada uno de los cuales es pequeño, liviano y transportable. Cada nodo de sensor está equipado con un transductor, microcomputadora, transceptor y fuente de alimentación. El transductor genera alertas eléctricas basadas en los resultados y fenómenos corporales detectados. La microcomputadora procesa y almacena la salida del sensor. El transceptor recibe instrucciones de una computadora central y transmite datos a esa computadora. La energía para cada nodo de sensor se deriva de una batería. La demanda global de líneas verdes y un mayor uso de la energía está impulsando una nueva generación de redes inalámbricas de bajo consumo. Las redes Wi-Fi se están desarrollando para ser utilizadas en sistemas remotos basados en sensores para aplicaciones comerciales y de control [1]. Esta nueva tecnología de redes inalámbricas también permite que más paquetes utilicen mejor las soluciones inalámbricas reales que no requieren cables de red ni líneas eléctricas. Las redes basadas en sensores para monitorizar y controlar no son conceptos nuevos. Existe tecnología tanto para implementaciones inalámbricas cableadas como propietarias.