La patología celular es una administración indicativa que analiza las células del cuerpo a partir de tejidos o líquidos. La mirada diagnóstica de las células nos da una idea de cómo se han creado y cómo están funcionando. La patología celular es una administración indicativa que analiza las células del cuerpo tanto de tejidos como de líquidos. Al observar la forma en que se organizan las células, cómo se han formado y cómo funcionan, es posible determinar si un paciente tiene una dolencia, irritación, una enfermedad o un desarrollo no maligno.
La parte esencial de esta división es entregar un informe analítico que describa la pequeña apariencia de la biopsia (muestra de tejido humano o líquido corporal expulsada del paciente) obtenida. Los ejemplos de patología celular se obtienen de una combinación de fuentes: Salas de trabajo clínicas, donde pueden ser desarraigados quirúrgicamente en caso de soporífero general. Centros ambulatorios donde se pueden realizar operaciones menores bajo soporíferos cercanos. Centros de endoscopia donde se pueden extraer con precisión pequeños ejemplos llamados biopsias utilizando endoscopios de fibra óptica adaptables.
Médicos generales, a quienes actualmente se les insta a realizar operaciones menores bajo condiciones soporíferas vecinas. Cuando el tejido ha sido expulsado del cuerpo, las células comienzan a declinar y este procedimiento, si no se controla, puede interferir con el examen. Por lo tanto, el tejido evacuado se coloca inmediatamente en una solución protectora. Este procedimiento se llama obsesión y dura aproximadamente 24 horas. En ejemplos importantes, las pruebas de agentes se manipulan a medida que se manipulan pequeños trozos de tejido. Los pequeños ejemplos se manejan por completo. Se cortan áreas de tejido de 0,004 mm de espesor de las pruebas de tejido manipuladas, se colocan en un portaobjetos de lupa y se vuelven a colorear. Las áreas recoloreadas luego son inspeccionadas en busca de interés por un especialista (patólogo) que evalúa la forma de la enfermedad presente. En su mayor parte, todo el proceso dura aproximadamente 24 horas y, en casos más impredecibles, puede tardar hasta unos días, especialmente si es necesario volver a colorear con marcadores subatómicos.