El trauma deportivo se puede definir como las lesiones causadas durante la práctica de eventos deportivos como cricket, fútbol, hockey, rugby, etc. Puede resultar de un traumatismo agudo. Estas lesiones se producen por no calentar adecuadamente el cuerpo o por estiramientos inadecuados antes de jugar. Las caídas accidentales pueden provocar fracturas y dislocaciones de las articulaciones. El uso excesivo de partes del cuerpo provoca desgarros musculares que provocan un dolor intenso. Los diferentes tipos de lesiones deportivas son la tendinitis de Aquiles, los esguinces de tobillo, la fascitis plantar, la metatarsalgia, las fracturas por estrés y los dedos del pie en césped. Las lesiones deportivas también pueden deberse al uso excesivo de una parte particular del cuerpo, como los hombros y los tobillos. La rehabilitación es una parte clave del tratamiento. Se trata de ejercicios que paso a paso consiguen que la zona lesionada vuelva a la normalidad. Mover el área lesionada ayuda a que sane.