Los trastornos urológicos pueden incluir rotura congénita o adquirida de la estructura urinaria. Las enfermedades renales suelen ser investigadas y tratadas por nefrólogos, mientras que la urología se ocupa de los problemas en otros órganos. El tracto urinario se compone de riñones, uréteres, vejiga y uretra. Los riñones canalizan la sangre y producen orina, que fluye a través de los uréteres hasta la vejiga, donde se almacena. Cuando llega el momento adecuado, los músculos de la vejiga se contraen y la orina sale del cuerpo a través de la uretra. Los problemas urinarios incluyen cualquier dolencia, problema o condición que afecte a los riñones, uréteres, vejiga o uretra, o que afecten a su capacidad. Los trastornos urinarios pueden ser causados por el crecimiento, condiciones que afectan las estructuras cercanas al tracto urinario, contaminación, agravamiento, daño, enfermedades del sistema sensorial, cicatrices y cristalización de orina. El tratamiento del problema urinario incluye reconocer y tratar el motivo y las indicaciones.
Algunos ejemplos de posibles medicamentos incluyen medidas de autocontrol, medicamentos para aliviar el dolor, productos farmacéuticos para relajar la vejiga, agentes antiinfecciosos, quimioterapia, radioterapia y cirugía. Un porcentaje de los ejemplos reales de problemas urinarios incluyen enfermedades del tracto urinario, incontinencia (impotencia para controlar el flujo de orina), cistitis intersticial, cálculos renales, insuficiencia renal e infecciones del tracto urinario. Las manifestaciones habituales de problema urinario incluyen dolor o molestias estomacales, pélvicas o lumbares; sangre en la orina; cambios en la orina; problemas para expulsar la orina; fiebre y escalofríos; orina continua; derrame de orina; y necesidad apremiante de orinar. Algunos problemas urinarios, como las infecciones, pueden crecer rápidamente, mientras que otros, como los tumores, crecen más lentamente.