Peter Nkashi Agan e Isabella Olije Akoji
El agua subterránea es agua de transición que interactúa entre la superficie y el suelo. Se infiltra en el suelo y se filtra a través de varios estratos del suelo antes de llegar a los acuíferos subterráneos y al nivel freático. El agua subterránea se contamina a través de líquidos disueltos de la superficie, la intrusión de agua salada del océano y los contactos con sustancias minerales naturales presentes en los suelos. El movimiento del agua entre la superficie y el suelo ayuda a la recarga y descarga de agua, al sustento de los ecosistemas y la vida acuática y sirve como una fuente potencial de agua para usos domésticos e industriales. Este estudio tuvo como objetivo investigar la variación en la contaminación del agua subterránea en Onitsha con vistas a desentrañar los principales contaminantes presentes en el agua subterránea. Se extrajeron cuarenta muestras de agua de pozos en la metrópolis de Onitsha y se analizaron para detectar la presencia de arsénico (Ar), cadmio (Cd), plomo (Pb), mercurio (Hg), dureza del agua, temperatura (T) y potenciales de hidrógeno (pH) utilizando un espectrofotómetro de absorción atómica (AAS). Los resultados confirmaron que existe un nexo entre las vías de transporte subterráneas y los receptores de agua subterránea como causa de los contaminantes entre las aguas superficiales, los acuíferos y el nivel freático. Las fuentes de estos contaminantes son las actividades comerciales y el vertido de residuos en las alcantarillas. De ello se dedujo que el agua subterránea de la ciudad de Onitsha está altamente contaminada con arsénico, plomo, cadmio y mercurio, lo que hace que el agua de la ciudad no sea apta para el consumo y deba purificarse antes de su utilización.