La calidad del agua son las características químicas, físicas, biológicas y radiológicas del agua. La calidad del agua se mide por varios factores, como la concentración de oxígeno disuelto, los niveles de bacterias, la cantidad de sal o la cantidad de material suspendido en el agua. También sustenta procesos ecológicos que sustentan las poblaciones de peces nativos, la vegetación, los humedales y las aves. La crisis del agua se ha convertido en parte de nuestra vida. Esto no se debe en absoluto a la escasez de lluvias. El aumento de la población, la creciente industrialización, la expansión de la urbanización, la agricultura, etc., exigen cada vez más agua. Hacer frente a estos acontecimientos requiere diversas tácticas para superar la escasez de agua y satisfacer las necesidades de todos. La principal actividad en esta dirección es disminuir el nivel de contaminación de los efluentes vertidos y tratar el agua contaminada hasta alcanzar una calidad aceptable. Cuando el agua está contaminada, se puede mejorar diluyendo el agua degradada con agua de mayor calidad. La gestión de la calidad del agua en particular requiere conocimiento y comprensión total de los procesos que afectan la cantidad y la calidad del agua.