La gestión de cuencas es un proceso de planificación de la gestión de múltiples recursos integrado, integral y adaptativo que busca equilibrar las condiciones ecológicas, económicas y culturales/sociales saludables dentro de una cuenca. Tiene en cuenta el flujo de agua tanto subterránea como superficial, reconociendo y planificando la interacción del agua, las plantas, los animales y el uso humano de la tierra que se encuentran dentro de los límites físicos de una cuenca. Las aguas residuales son la calidad del agua afectada negativamente por la influencia antropogénica. Puede originarse por una combinación de actividades domésticas, industriales, comerciales o agrícolas, escorrentía superficial o aguas pluviales y por afluencia o infiltración del alcantarillado. Las aguas residuales pueden originarse de una combinación de actividades domésticas, industriales, comerciales o agrícolas, escorrentía superficial o aguas pluviales y de la entrada o infiltración del alcantarillado. La gestión de aguas residuales abarca una amplia gama de esfuerzos que promueven el uso, tratamiento y eliminación efectivos y responsables del agua y alientan la protección y restauración de las cuencas hidrográficas de nuestra nación.