La pediatría del desarrollo incluye tratamiento para niños, adolescentes y sus familias con una amplia gama de dificultades de desarrollo y conducta y la neuropsicología pediátrica estudia la relación entre la salud del cerebro y el comportamiento en los niños. Las afecciones y problemas más comunes remitidos para la evaluación neuropsicológica o del neurodesarrollo incluyen afecciones neurológicas como derrame cerebral, epilepsia, tumores cerebrales, trastornos del movimiento, traumatismo craneoencefálico, trastorno por déficit de atención o hiperactividad, problemas de conducta, trastornos del aprendizaje, retraso en el desarrollo, dificultades de socialización. Trastornos cromosómicos o genéticos, exposición a sustancias tóxicas, afecciones médicas como trastornos metabólicos, infección por VIH, enfermedad hepática, enfermedad renal, anemia falciforme, trauma perinatal, etc.
Los neuropsicólogos pediátricos trabajan en cualquier entorno donde se trate a niños con disfunción del sistema nervioso central. Esto incluye consultas de neurología, neurocirugía y psiquiatría, así como en entornos hospitalarios y ambulatorios. Además de evaluar y tratar a niños con trastornos médicos como lesión cerebral traumática, tumores cerebrales o epilepsia, los neuropsicólogos pediátricos trabajan con niños que tienen trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), problemas de aprendizaje, trastornos intelectuales y del desarrollo (retraso mental), autismo, o síndrome de Aspergers.