Tiago Lima Sampaio* y Emanuel Paula Magalhães
Diversos factores de riesgo para el desarrollo de trastornos cardiovasculares, como las dislipidemias, pueden desencadenar fenómenos como la aterosclerosis, la enfermedad coronaria e incluso el infarto. La adopción de hábitos de vida saludables como una dieta hipocalórica con bajo contenido en colesterol, rica en ácidos grasos insaturados, fibras y antioxidantes como los flavonoides y los omega-3, el abandono del alcohol y el tabaco y el ejercicio físico son algunas de las medidas más recomendadas para disminuir las concentraciones séricas de colesterol y triglicéridos, así como aumentar la producción hepática de Lipoproteína de Alta Densidad (HDL). Sin embargo, para algunos pacientes, incluso manteniendo un estilo de vida saludable, los niveles séricos de lípidos permanecen más altos que los considerados seguros, siendo refractarios a los tratamientos convencionales con estatinas, fibratos, resinas secuestrantes e inhibidores de la absorción intestinal de colesterol, por ejemplo. En estos casos, se ha sugerido la participación de condiciones genotípicas, tanto polimorfismos genéticos como epigenéticos, siendo necesarios diseños diagnósticos y de manejo más específicos. Así, el presente editorial para la Revista Internacional de Investigación Cardiovascular tiene como objetivo reforzar esta área de conocimiento, incentivar a los investigadores a invertir en trabajos centrados en esta temática y describir un marco teórico a considerar en la práctica clínica.