Hany M Abo-Haded, Ahmed A Khalil y Abeer Fathy
Propranolol oral: piedra angular en la estrategia terapéutica de los hemangiomas infantiles
Los hemangiomas infantiles son los tumores más comunes de la niñez. A pesar de su naturaleza benigna y autolimitada, algunos hemangiomas pueden causar complicaciones como ulceración o desfiguración que altera la vida. Además, pueden comprometer la función de órganos vitales o anunciar anomalías subyacentes del desarrollo del sistema nervioso central o la columna vertebral [1]. Hasta hace poco, la terapia con esteroides en dosis altas era el tratamiento principal para el hemangioma infantil proliferante problemático [2]. Si bien los corticosteroides son efectivos, se asocian con efectos adversos significativos como síndrome de Cushing, retraso del crecimiento, hirsutismo, hipertensión e inmunosupresión [3]. El interferón alfa es un potente inhibidor de la angiogénesis que se puede utilizar en el tratamiento de los hemangiomas infantiles [4]. Sin embargo, su neurotoxicidad grave reportada, incluida la diplejía espástica, limita su uso a casos con hemangiomas potencialmente mortales que no han respondido a otras formas de tratamiento [5]. La vincristina se utilizó inicialmente en el tratamiento del fenómeno de Kasabach-Merritt [6]. Además, se utiliza como terapia alternativa para hemangiomas que no responden a los glucocorticoides, que ponen en peligro la vida o que alteran gravemente la vida [7]. La terapia con láser de colorante pulsado es otra opción de tratamiento que se encontró que era beneficiosa para hemangiomas infantiles seleccionados, incluidos aquellos con lesiones pequeñas superficiales, ulceradas o involutivas [8,9]. En 2008, un grupo francés observó accidentalmente la involución acelerada de grandes hemangiomas faciales en dos bebés después del tratamiento con propranolol para la insuficiencia cardíaca [10]. Estos resultados favorables llevaron al inicio de algunos informes de casos y estudios observacionales para evaluar la eficacia del propranolol en el tratamiento del hemangioma infantil proliferante [11-14]. Hasta la fecha, el mecanismo de acción del propranolol en el hemangioma infantil no está claro [15]. Además, existen algunas preocupaciones sobre las posibles complicaciones con el uso de propranolol. Los efectos secundarios graves notificados con mayor frecuencia fueron hipotensión asintomática, bradicardia asintomática [16], síntomas pulmonares relacionados con el bloqueo de la broncodilatación adrenérgica [17], hipoglucemia [17] e hipercalemia [18]. Los efectos secundarios no potencialmente mortales notificados con mayor frecuencia fueron alteraciones del sueño, incluidas pesadillas, somnolencia, extremidades frías o moteadas, diarrea y reflujo/malestar gastroesofágico [19].