La médula ósea produce más de 20 mil millones de nuevas células sanguíneas cada día durante la vida de una persona. La fuerza impulsora detrás de este proceso es la célula madre hematopoyética. Las células madre hematopoyéticas son células inmaduras que se encuentran tanto en el torrente sanguíneo como en la médula ósea. Estas células especializadas tienen la capacidad de crear más células productoras de sangre o de madurar hasta convertirse en uno de los tres tipos de células diferentes que componen nuestra sangre. Estos incluyen glóbulos rojos (células que transportan oxígeno a todas las partes del cuerpo), glóbulos blancos (células que ayudan al cuerpo a combatir infecciones y enfermedades) y plaquetas (células que ayudan a coagular la sangre y controlar el sangrado). Las señales que pasan del cuerpo a la médula ósea le indican a las células madre qué tipos de células son más necesarias.
Tipos de trasplante de células madre
Hay dos tipos principales de trasplante de células madre:
Trasplante autólogo (AUTO). Un paciente sometido a un autotrasplante recibe sus propias células madre. Durante el proceso de autotrasplante, las células madre de los pacientes se recolectan y luego se almacenan en un congelador especial que puede conservarlas durante décadas. Por lo general, el paciente es tratado la semana siguiente con dosis potentes de quimioterapia y/o radioterapia, después de lo cual las células madre congeladas se descongelan y se infunden en la vena del paciente. Las células madre generalmente permanecen en el torrente sanguíneo durante aproximadamente 24 horas hasta que encuentran su camino hacia el espacio de la médula, donde crecen y se multiplican, comenzando el proceso de curación.
Trasplante alogénico (ALLO). Un paciente sometido a un ALOtrasplante recibe células madre donadas por otra persona. Como resultado, el primer paso para un ALOtrasplante es encontrar un donante compatible. Proteínas específicas, llamadas antígenos leucocitarios humanos (HLA), se encuentran en la superficie de los glóbulos blancos y en todo el cuerpo. La combinación de estas proteínas hace que el tejido de cada persona sea único. La tipificación HLA es un análisis de sangre especial que identifica estas proteínas. Un trasplante de médula ósea exitoso requiere la donación de médula ósea con compatibilidad HLA casi perfecta. Las células madre sanguíneas compatibles con HLA administradas a una persona durante el trasplante tienen menos probabilidades de provocar la enfermedad de injerto contra huésped (EICH, una complicación en la que las células inmunitarias de la médula ósea trasplantada reconocen el cuerpo del receptor como extraño y lo atacan). Los hermanos (hermanos o hermanas) suelen tener más posibilidades de ser completamente compatibles. Ocasionalmente, otros miembros de la familia pueden ser compatibles. En algunos casos, un donante voluntario no emparentado puede ser la mejor opción. Obtenga más información sobre la donación de médula ósea.
Una vez que se ha identificado un donante, la donación de células madre se coordina para que ocurra lo más cerca posible del final de la quimioterapia y/o radioterapia inicial del paciente. El día del trasplante, el paciente recibe las células madre donadas descongeladas a través de una vía intravenosa que las administra en su vena.