Martin Reifinger1*, Karoline Lipnik1*, Elfriede Schneeweiss2
Un gato europeo de pelo corto, macho, de edad avanzada y castrado, acudió al veterinario con síndrome de Horner. El gato había sido paciente del veterinario durante mucho tiempo y no había tenido problemas de salud relevantes anteriormente, excepto una otitis externa recurrente debido a una infección con Malassezia pachydermatis que se trató repetidamente con antibióticos y antiinflamatorios. Debido a la otitis crónica, el veterinario sospechó un origen auricular de los síntomas e inició el tratamiento con los medicamentos mencionados anteriormente.
En la fecha de control una semana después se evidenció una hinchazón pronunciada e hiperemia de ambos párpados inferiores, lo que fue indicación para la escisión quirúrgica de las áreas afectadas del párpado.
La evaluación histológica de los especímenes extirpados reveló una afección sistémica de las glándulas de Meibomio por un carcinoma predominantemente sólido que mostraba formaciones tubulares esporádicas. El tumor también invadía el estroma circundante de los párpados.
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