El uso de drogas ilegales o el uso indebido de medicamentos recetados puede hacer que conducir un automóvil sea inseguro, al igual que conducir después de consumir alcohol. La conducción bajo los efectos de las drogas pone en riesgo no sólo al conductor sino también a los pasajeros y a otras personas que comparten la carretera.
Los efectos de fármacos específicos difieren según cómo actúan en el cerebro. Por ejemplo, la marihuana puede retardar el tiempo de reacción, alterar el juicio sobre el tiempo y la distancia y disminuir la coordinación motora. Los conductores que han consumido cocaína o metanfetamina pueden ser agresivos e imprudentes al conducir. La principal preocupación sobre la conducción bajo los efectos de las drogas es clara: es peligroso. Estar bajo la influencia de cualquier droga que actúe sobre el cerebro y el sistema nervioso central afecta las habilidades motoras, el tiempo de reacción y el juicio del conductor.
Conducir bajo los efectos de las drogas pone en riesgo no sólo al conductor, sino también a los pasajeros y a otras personas que comparten la carretera y los pasillos cercanos. Conducir bajo los efectos de las drogas puede provocar deficiencias como visión borrosa, excitación, alteración de la percepción de la profundidad, ver o escuchar cosas, presión arterial elevada o reducida, somnolencia, mareos, desmayos, efectos en el tiempo de reacción, náuseas, efectos cognitivos, reducción de riesgos, evitación de peligros potenciales, anticipación, conducta de riesgo, falta de atención, disminución del miedo, euforia, pérdida de control.