Cary D, Collinson R, Sterling M y Briffa NK
Introducción: Dormir generalmente se considera un período de descanso y recuperación, sin embargo, algunas personas se despiertan con síntomas espinales que no estaban presentes al irse a dormir y buscan tratamiento. Se ha postulado clínicamente que algunas posturas para dormir, especialmente aquellas que involucran rotación o extensión sostenida del rango final, pueden provocar tejidos espinales sensibles al dolor. Si bien la investigación del sueño generalmente ha florecido, se ha prestado poca atención a los efectos físicos de la postura nocturna sobre los síntomas espinales al despertar. Además, la investigación del sueño generalmente se lleva a cabo en laboratorios del sueño de alta tecnología que son costosos de operar y generalmente solo accesibles en centros metropolitanos, lo que limita la disponibilidad a una población más amplia. Nuestro objetivo era desarrollar un protocolo de registro que fuera de bajo costo, discreto y portátil, que permitiera la evaluación de la postura del sueño en el entorno habitual de una persona.
Método: Quince participantes fueron reclutados de boca en boca. Los participantes completaron un Cuestionario Previo al Sueño . Se instalaron dos cámaras infrarrojas (colocadas sobre la cabeza y al pie de la cama) más el equipo de grabación asociado en su área de dormir habitual. Una cámara grababa de forma continua, la otra cámara se activaba por detección de movimiento. Las grabaciones se realizaron durante dos noches consecutivas, comenzando automáticamente a las 20:00 horas y finalizando a las 08:00 horas. Se definieron cuatro posturas para dormir: supino, prono, decúbito lateral con apoyo, donde la columna está neutra, y decúbito lateral ¾, donde la columna está rotada y extendida. Se visualizaron las grabaciones, se clasificó la postura y se calculó el tiempo transcurrido en cada postura. Se analizó el tiempo transcurrido en cada postura durante la primera y la segunda noche para determinar la presencia de un efecto de la primera noche.
Resultados: El protocolo fue eficaz para capturar datos de vídeo de buena calidad. El uso de la detección de movimiento redujo el tiempo de análisis en un 50%. El sistema de clasificación tuvo una alta fiabilidad intraevaluador para las cuatro posturas (ICC > 0,91). No se detectó ningún efecto de la primera noche. El autoinforme de los participantes fue preciso para la proporción de la noche pasada en decúbito supino (ICC = 0,7 IC del 95%: 0,32 a 0,89), pero no para las otras tres posturas (ICC < 0,32 p ≤ 0,17). Sin embargo, al combinar las dos posturas de decúbito lateral, el autoinforme fue preciso (ICC = 0,57; IC del 95 %: 0,10 a 0,83; p = 0,01). No se encontraron relaciones significativas entre las cuatro posturas y los síntomas espinales matutinos.
Conclusión: El protocolo probado proporcionó un método de bajo costo, confiable, discreto y portátil para evaluar la postura del sueño en el entorno habitual que debería ser adecuado para fines clínicos y de investigación.