Ornella Rutagarama, Bizu Gelaye, Mahlet G Tadesse, Seblewengel Lemma, Yemane Berhane y Michelle A Williams
Antecedentes: La Escala de Somnolencia de Berlín y Epworth (ESS) son cuestionarios simples, validados y ampliamente utilizados diseñados para evaluar los síntomas del síndrome de apnea obstructiva del sueño (OSAS), una causa común pero a menudo no reconocida de morbilidad y mortalidad.
Métodos: Se realizó un estudio transversal entre 2.639 estudiantes universitarios para examinar en qué medida los síntomas de OSA están asociados con las probabilidades de trastornos mentales comunes (CMD). El Cuestionario de Salud General (GHQ-12) se utilizó para evaluar la presencia de CMD, mientras que la de Berlín y la ESS se utilizaron para evaluar el alto riesgo de apnea obstructiva del sueño (OSA) y somnolencia diurna excesiva , respectivamente. Se utilizaron procedimientos de regresión logística para derivar razones de probabilidades (OR) e intervalos de confianza del 95% (IC) que evalúan las asociaciones independientes y conjuntas de alto riesgo de OSA y somnolencia diurna excesiva con las probabilidades de CMD.
Resultados: Aproximadamente el 19% de los estudiantes tenían un alto riesgo de AOS, mientras que el 26,4% tenía somnolencia diurna excesiva. En comparación con los estudiantes sin alto riesgo de AOS y sin somnolencia diurna excesiva (grupo de referencia), los estudiantes con somnolencia diurna excesiva solamente (OR = 2,01; IC del 95%: 1,60-2,52) tuvieron mayores probabilidades de TMC. Las probabilidades de TMC para los estudiantes con AOS de alto riesgo solamente fueron de 1,26 (OR = 1,26; IC del 95%: 0,94-1,68). Los estudiantes con alto riesgo de AOS y somnolencia diurna excesiva, en comparación con el grupo de referencia, tuvieron las mayores probabilidades de TMC (OR = 2,45; IC del 95%: 1,69-3,56).
Conclusión: Nuestros hallazgos indican que los síntomas de SAOS están asociados con un mayor riesgo de TMC. Estos hallazgos enfatizan la comorbilidad de los trastornos del sueño y los TMC y sugieren que puede haber beneficios en invertir en programas educativos que amplíen el conocimiento de los trastornos del sueño en adultos jóvenes.