Lara Barrak y Katia Salameh*
El poder social y económico del turismo gastronómico sostenible está cobrando impulso en los últimos años como motor económico para muchas entidades empresariales y comerciales. Este artículo analiza la literatura sobre los vínculos creados entre el turismo patrimonial y el turismo gastronómico, y separa esta experiencia cultural de la del turismo de masas. Además, arroja luz sobre el aspecto de la comida como parte fundamental de la experiencia de un turista para comprender el legado de un país. La comida cuenta una historia cultural e histórica profundamente atractiva sobre cada nación. Las especialidades culinarias se pueden experimentar con todos los sentidos de manera holística cuando una persona visita un país extranjero. Este viaje gastronómico difiere mucho de otros aspectos del turismo. El turismo tradicional no involucra el conjunto completo de sensaciones al visitar monumentos, pinturas o museos de la misma manera que se puede capturar y vivir el espíritu de un lugar a través de un plato. Además, la mayoría de los estudios se han centrado en una región del mundo, pero los resultados son bastante holísticos, lo que a su vez no limita su viabilidad y, en consecuencia, se pueden aplicar a cualquier país del mundo. Algunas investigaciones se centraron en las experiencias compartidas de los viajeros y en cómo la comida les enseñaba mucho sobre cada región y su gente. Mientras que otros estudios analizaron el aspecto económico del turismo gastronómico y cómo puede convertirse en una herramienta esencial para revitalizar muchas áreas, especialmente las marginales y rurales.