Una varilla intramedular, también conocida como clavo intramedular (clavo IM) o clavo entrelazado o clavo de Küntscher (sin fijación proximal o distal), es una varilla de metal que se introduce en la cavidad medular de un hueso. Los clavos IM se han utilizado durante mucho tiempo para tratar fracturas de huesos largos del cuerpo. A Gerhard Küntscher se le atribuye el primer uso de este dispositivo en 1939, durante la Segunda Guerra Mundial, para soldados con fracturas de fémur. Antes de eso, el tratamiento de tales fracturas se limitaba a tracción o yeso, los cuales requerían largos períodos de inactividad. Los clavos IM dieron como resultado un regreso más temprano a la actividad de los soldados, a veces incluso en el lapso de unas pocas semanas, ya que comparten la carga con el hueso, en lugar de soportarlo por completo.