En medicina ortopédica, la tracción se refiere al conjunto de mecanismos para enderezar los huesos rotos o aliviar la presión sobre la columna y el sistema esquelético. Hay dos tipos de tracción: tracción cutánea y tracción esquelética. El propósito de la tracción es recuperar la longitud y alineación normales del hueso involucrado, disminuir o eliminar los espasmos musculares, aliviar la presión sobre los nervios, especialmente los espinales, y prevenir o reducir las deformidades esqueléticas o las contracturas musculares para proporcionar un taponamiento fusiforme alrededor de un vaso sangrante.