Anusha Polampelli
La hepatitis es una inflamación del tejido hepático. Algunas personas que padecen una enfermedad contagiosa no presentan síntomas, mientras que otras presentan una coloración amarillenta de la piel y el blanco de los ojos (ictericia), falta de apetito, vómitos, cansancio, dolor abdominal y movimiento intestinal. Una enfermedad contagiosa es aguda si se resuelve en un plazo de seis meses y crónica si dura más de seis meses. La enfermedad contagiosa aguda puede resolverse por sí sola, provocar una enfermedad contagiosa crónica o (raramente) provocar insuficiencia hepática aguda. La enfermedad contagiosa crónica puede provocar cicatrización del hígado (cirrosis), insuficiencia hepática y neoplasia maligna. La hepatitis es causada principalmente por los virus de la hepatitis A, B, C, D y E. Otras causas incluyen el consumo excesivo de alcohol, ciertos medicamentos, toxinas, otras infecciones, enfermedades reactivas y esteatohepatitis no alcohólica (EHNA). La hepatitis A y E se transmiten principalmente por alimentos y agua contaminados. La hepatitis B se transmite principalmente por vía sexual, pero también puede transmitirse de madre a hijo durante el embarazo o el parto y propagarse a través de sangre infectada. La hepatitis C a veces se transmite a través de sangre infectada, como podría ocurrir cuando los usuarios de drogas comparten agujas. La enfermedad infecciosa D sólo puede infectar a personas ya infectadas con hepatitis B. Las hepatitis B y D infecciosas se pueden prevenir con protección. También se pueden utilizar medicamentos
para tratar la enfermedad infecciosa crónica. Se recomiendan medicamentos antivirales en caso de hepatitis C crónica, excepto en aquellos casos en los que las condiciones limiten su duración. No existe un tratamiento específico para la EHNA; sin embargo, se recomienda la actividad física, una dieta saludable y la pérdida de peso. La enfermedad infecciosa reactiva también se puede tratar con medicamentos para inhibir el sistema. Un trasplante de hígado también puede ser una opción en caso de insuficiencia hepática aguda y crónica. La hepatitis presenta un amplio espectro de manifestaciones que varían desde una ausencia total de síntomas hasta una insuficiencia hepática grave. La forma aguda de la enfermedad infecciosa, generalmente causada por una infección, se caracteriza por síntomas generales que generalmente son autolimitantes. La enfermedad infecciosa crónica se presenta de la misma manera, pero manifestará signos y síntomas específicos de la patología hepática con inflamación y lesión prolongada del órgano.