Neha Jain* y AC Rajvanshi
La agresión sexual facilitada por drogas (DFSA, por sus siglas en inglés) se ha convertido en el delito más frecuente en el escenario actual. Es un delito en el que el delincuente utiliza la droga para influir en la víctima para que cometa agresiones, violaciones, asesinatos, etc. Es un tipo de acto violento en el que se incapacita al individuo con ciertas sustancias que alteran la mente, lo que provoca un deterioro de la capacidad de la víctima para responder y le impide recordar la agresión. Una amplia variedad de depresores del sistema nervioso central (SNC), a saber, flunitrazepam o rohipnol, GHB (ácido gammahidroxibutírico), medicamentos de venta libre y con receta que incluyen benzodiazepinas, hipnóticos no benzodiazepínicos y sedantes como zolpidem, zopiclona y otras sustancias psicotrópicas como ketamina, etc., se introducen secretamente en las bebidas o alimentos de la víctima sin provocar ningún cambio perceptible de sabor o color. Dado que las benzodiazepinas son las sustancias más comúnmente abusadas en estos delitos, surgen muchas dificultades para detectarlas, en primer lugar, debido a su disponibilidad comercial en grandes cantidades y, en segundo lugar, porque se metabolizan rápidamente en múltiples formas.
Por lo tanto, estos casos siguen siendo subestimados y, por lo tanto, no se informan al personal policial. La detección de estas drogas es un serio desafío en el campo de la toxicología porque no se pueden optar por procedimientos analíticos de rutina para su análisis, por lo que se requiere una técnica altamente rápida, sensible y específica para su detección. Las técnicas de inmunoensayo se utilizan ampliamente para la detección de estas drogas debido a su rapidez, flexibilidad y capacidad para facilitar una indicación preliminar de la presencia de una droga particular o una serie de drogas en la matriz analizada. La prueba se basa en la unión de un anticuerpo, específico para una droga particular o un grupo de drogas y su etiqueta que se utilizará más tarde como parte del complejo formado entre el antígeno y el anticuerpo detectado por medio de cierta fluorescencia. La técnica funciona principalmente sobre la base de la unión competitiva entre el anticuerpo y el antígeno de la droga. Estos se pueden utilizar in situ para la detección de la droga. Esta unión entre los dos depende más de una respuesta inmune típica generada cuando los anticuerpos en los tejidos biológicos se combinan con el antígeno y los neutralizan. En el presente artículo se ha intentado consolidar la información sobre los dispositivos de detección de drogas in situ disponibles para la detección e identificación cualitativa de drogas.