La toxicología forense se basa en el examen de muestras para detectar la presencia de drogas. Pueden ser medicamentos que se sospecha se han utilizado en un caso (pruebas dirigidas) o una amplia serie de pruebas destinadas a abarcar una amplia gama de sustancias comunes. Estas sustancias generalmente incluyen alcohol, drogas de abuso (por ejemplo, anfetaminas, benzodiazepinas, cannabis, cocaína, opioides) y una variedad de drogas comunes obtenidas legalmente.1. En la práctica, las drogas detectadas a menudo no son sospechadas dadas las circunstancias. Por lo tanto, se debe realizar un examen amplio de drogas para la mayoría de las drogas comunes, en lugar de realizar análisis para una o una gama limitada de drogas.
En casos de sospecha de intoxicación, la práctica habitual es que los toxicólogos realicen un análisis de drogas amplio que cubra los grupos de drogas enumerados anteriormente, así como las drogas o sustancias químicas que se sospecha que se han consumido. Esta última información puede provenir de un examen de la escena o de información proporcionada por asociados conocidos y familiares. En algunos casos, la constelación de síntomas que presenta el sujeto puede dar una pista sobre el posible veneno. Los informes deben indicar claramente las drogas detectadas y los métodos utilizados para detectarlas. En algunas situaciones se detectan drogas o metabolitos de drogas, pero no se confirman. Estos resultados deben marcarse como presuntos o no confirmados, lo que significa que existe una posibilidad real de que esta sustancia esté presente, pero que la identificación no cumple con los estándares aceptados de presentación de informes. Esto puede ocurrir debido a la disponibilidad limitada de la muestra, la falta de un método analítico adecuado o la droga detectada puede no considerarse un hallazgo importante desde el punto de vista forense.
Excepto en las situaciones ocasionales mencionadas anteriormente, es una práctica aceptada informar sobre un medicamento sólo cuando el laboratorio tiene plena confianza en su presencia en esa muestra. En otras palabras, se confirma el hallazgo sobre la droga. Informar un medicamento como “indicado” o “no confirmado” significa que el laboratorio no puede estar seguro de que la sustancia esté necesariamente presente en la muestra. Si el resultado tuviera alguna importancia en el caso, entonces el laboratorio debe esforzarse por confirmar la presencia; de lo contrario, el resultado no tendrá valor probatorio. Muchos laboratorios forenses ahora están sujetos a revisión por pares a través de programas de garantía de calidad y realizan inspecciones formales periódicas como parte de los requisitos de acreditación o certificación. Estos procesos regulan el desempeño de los laboratorios y están orientados a la mejora continua de la calidad del servicio. Estos requisitos se aplican particularmente a los laboratorios forenses australianos. Además, es un requisito que los métodos para detectar drogas en pruebas forenses estén completamente validados y sean adecuados para el fin previsto. Se espera que los laboratorios tengan datos para verificar que el método es adecuado para el propósito previsto.