Sasha Wilems
Una mujer de 43 años se presenta para hablar sobre las tecnologías de monitorización continua de glucosa (MCG). Tiene diabetes mellitus tipo 1 diagnosticada a los 14 años y ha estado usando una bomba de insulina desde 2001, que se actualizó a MedtronicTM 630G en julio de 2017. Tiene un control glucémico adecuado (A1c 7,3 %), pero los niveles de glucosa en sangre por punción en el dedo fluctúan ampliamente con hipoglucemia ocasional. Los antecedentes quirúrgicos pasados no contribuyeron. Hace ejercicio regularmente, camina 30 minutos varias veces al día con un objetivo de 7000 pasos por día. Intentó usar un MCG en 2018 (Medtronic), pero interrumpió el MCG debido a las alarmas frecuentes. La paciente informa que las alarmas no se debían a niveles altos o bajos, sino a la dificultad para obtener lecturas precisas. La paciente consultó a una clínica endocrina para mejorar el monitor de glucosa en sangre con la nueva tecnología MCG. Posteriormente, el paciente desarrolló dolor bilateral en el brazo de forma intermitente, por lo que el médico de atención primaria solicitó una radiografía de ambos brazos que muestra el sensor y el transmisor EversenseTM en el brazo derecho y el sensor solo en el brazo izquierdo. Los dispositivos CGM miden el nivel de glucosa del líquido intersticial que se correlaciona bien con la glucosa plasmática. Los niveles de glucosa se miden cada 5 a 15 minutos, según el dispositivo. El sensor EversenseTM se coloca en la parte superior del brazo por un médico. Una vez insertado, mide continuamente los niveles de glucosa durante hasta 3 meses. El transmisor inteligente EversenseTM se coloca sobre el sensor en la parte superior del brazo. El transmisor es resistente al agua, recargable y se puede quitar fácilmente. El transmisor no solo puede enviar datos a la aplicación móvil EversenseTM, sino que también puede proporcionar alertas de vibración en el cuerpo cuando el nivel de glucosa fluctúa alto o bajo. La aplicación móvil EversenseTM recibe y muestra los datos en cuadros y gráficos fáciles de leer, lo que facilita a los pacientes controlar su glucosa en sangre. La diferencia entre el sistema EversenseTM CGM y otros dispositivos CGM es que (a) no es necesario insertar el sensor semanalmente, ya que el EversenseTM CGM dura hasta 3 meses, (b) el sensor se coloca debajo de la piel, por lo que no hay que preocuparse de que se caiga, (c) no se necesita un receptor independiente; los datos, las tendencias y las alertas se pueden ver en el dispositivo móvil; (d) los niveles altos y bajos se pueden detectar rápidamente. Muchos dispositivos CGM permiten a los pacientes compartir sus datos de glucosa en sangre en tiempo real con amigos, familiares y cuidadores mediante una aplicación para teléfonos inteligentes, lo que puede ser particularmente importante cuando los pacientes tienen hipoglucemia. El caso demuestra un hallazgo radiológico interesante de un sensor CGM implantable, y también la importancia de conocer los distintos sistemas CGM con diferentes ventajas de seguridad para mejorar la atención de los diabéticos.