Sonu Baisoya
La resistencia a los antimicrobianos (RAM) está aumentando a un ritmo alarmante tanto
en la comunidad como en los hospitales, convirtiéndose en una amenaza grave para
la salud pública mundial. Se estima que para 2050, 10 millones de personas
morirán cada año si la tendencia actual continúa al mismo ritmo; una
persona morirá cada tres segundos si no se toman medidas contra este
mal. Las infecciones bacterianas son la mayor carga para
las naciones en desarrollo. En la India, se estima que 410.000 niños menores de 5 años
mueren anualmente debido a neumonía, lo que representa el 25% de todas
las muertes infantiles en la India. Todos los antibióticos existentes se están volviendo ineficaces
debido a la resistencia emergente en los patógenos nosocomiales y se necesitan
medidas de emergencia para abordar y combatir la RAM. En la década de 1990
se observó un aumento de la prevalencia de betalactamasas de espectro extendido (ESBL)
y ahora las metalo-beta lactamasas (MBL) y
los patógenos resistentes a múltiples fármacos se están extendiendo ampliamente, lo que supone una gran amenaza para
la gestión y el tratamiento de los pacientes de la UCI junto con los pacientes ambulatorios.
La OMS destaca la aparición y la grave amenaza que supone para la salud pública mundial
la propagación de patógenos prioritarios críticos (Acinetobacter
baumanii, Pseudomonas aeruginosa y enterobacteriaceae), que
ha sido motivo de gran preocupación en los países desarrollados y en desarrollo. La elevada
tasa de resistencia a los antimicrobianos se debe a la falta de mecanismos de vigilancia o de un sistema
de seguimiento real y de su utilidad, a la ineficacia de los centros sanitarios,
a las políticas de control hospitalario, a las malas condiciones sanitarias y al uso de antimicrobianos para
los animales. Se requiere la cooperación y la coordinación entre los países
para hacer frente a la aparición y propagación mundial de la resistencia a los antimicrobianos. Sus
órganos reguladores necesitan planes de acción nacionales para luchar contra las superbacterias.
Los inhibidores de la resistencia a los antibióticos pueden desempeñar un papel fundamental en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos y
evitar el descubrimiento de nuevos antibióticos. Se requiere una mayor investigación e innovación
para el desarrollo de nuevos medicamentos, vacunas y
herramientas de diagnóstico para combatir la resistencia a los antimicrobianos y para un futuro mejor.