Los trastornos de inmunodeficiencia implican un mal funcionamiento del sistema inmunológico, lo que resulta en infecciones que se desarrollan y recurren con mayor frecuencia, son más graves y duran más de lo habitual. Los trastornos de inmunodeficiencia suelen ser el resultado del uso de un fármaco o de un trastorno grave de larga duración (como el cáncer), pero en ocasiones se heredan. Los trastornos de inmunodeficiencia afectan la capacidad del sistema inmunológico para defender el cuerpo contra células extrañas o anormales que lo invaden o atacan (como bacterias, virus, hongos y células cancerosas). Como resultado, pueden desarrollarse infecciones bacterianas, virales o fúngicas inusuales, o linfomas u otros cánceres.