Lesa KN, Ferdous R y Reyad Rocky
Abstracto
Antecedentes: En el presente estudio nos centramos en detectar el efecto del IMC, la preferencia alimentaria y el patrón de trabajo sobre la enfermedad coronaria en hombres y mujeres de entre (30-80) años de edad en la región sur de Bangladesh.
Métodos: Se recogieron datos mediante cuestionarios sobre la base de sexo, edad, IMC, actividad física, hipertensión, antecedentes familiares, preferencias alimentarias, prueba de perfil lipídico, hábito tabáquico y presencia o ausencia de otras enfermedades como diabetes. Todos los datos fueron analizados estadísticamente.
Resultados: Se seleccionó aleatoriamente a un total de 240 encuestados, tanto hombres como mujeres, con diagnóstico de enfermedad coronaria, para la recogida de datos. Entre ellos, 188 eran hombres y 52 eran mujeres. Este estudio también indica que el aumento de peso corporal, la hipertensión, el tabaquismo, los factores relacionados con el estilo de vida sedentario, incluidos los malos hábitos alimentarios, el exceso de grasas saturadas y trans, el alto consumo de sal y la actividad física de bajo nivel, también pueden ser importantes, y los antecedentes familiares de enfermedades cardíacas son factores de riesgo influyentes para la cardiopatía coronaria. La mayoría de los pacientes se vieron afectados por un sobrepeso excesivo; el 60,1% de los hombres y el 61,5% de las mujeres padecían diabetes, lo que demostró que la diabetes suele ser propensa a padecer cardiopatía coronaria; el 62,2% de los hombres y el 65,4% de las mujeres encuestadas contrajeron la enfermedad cardíaca de la familia; por el contrario, la tasa de hombres afectados por cardiopatía coronaria fue del 73,40%, que tenían un nivel de actividad física normal; el 56,9% de los hombres fuman todo el tiempo.
Conclusión: Este estudio demuestra que el aumento de peso corporal, la inactividad física, los hábitos alimentarios o preferencias alimentarias poco saludables y el estilo de vida deficiente están relacionados con la enfermedad coronaria y que los hombres son más vulnerables a la enfermedad coronaria que las mujeres.