Martín Gotteland*, Brittany Ghio, Daniel Márquez, Benjamín Peche, Franco Peña, Felipe Saavedra, Nicolás Palma, Constanza Cárcamo
En la actualidad, existe un aumento constante de yogures comerciales sin lactosa para personas intolerantes a la lactosa. Sin embargo, el interés real de estos yogures no está claro considerando que varios ensayos clínicos han demostrado que las bacterias vivas presentes en el yogur mejoran la tolerancia a la lactosa en sujetos hipolactásicos, debido a su actividad ß-galactosidasa que permanece funcional en el intestino delgado de estos individuos. El objetivo de este estudio fue determinar si la ingesta de yogur sin lactosa (LFY) es beneficiosa para sujetos hipolactásicos intolerantes a la lactosa en comparación con la de yogur tradicional con lactosa (LCY). Veintidós sujetos con síntomas digestivos auto-reportados después del consumo de leche realizaron una prueba de aliento con hidrógeno (HBT) con 25 g de lactosa para confirmar su estado hipolactásico. Finalmente, se incorporaron al estudio catorce sujetos (63,6%) que presentaron un HBT positivo acompañado de síntomas digestivos. En dos días independientes, los voluntarios debían ingerir, de forma doble ciego y aleatoria, 250 g de LFY o LCY. Estos productos aportaban 0,5 g y 19,8 g de lactosa, respectivamente, y ambos presentaban recuentos totales de bacterias lácticas superiores a 107 UFC /g. Se registraron los cambios en la excreción de H2 en el aliento y los síntomas digestivos durante 180 min. Cuando los voluntarios realizaron el HBT con LFY y LCY, no se detectaron diferencias en la excreción de H2 ni en la intensidad de los síntomas digestivos (individuales o totales). En consecuencia, nuestros resultados sugieren que la ingesta de LFY, que son más caras que LCY, no aporta ningún beneficio suplementario detectable para los sujetos intolerantes a la lactosa.